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Buenas prácticas en la oficina: máximo rendimiento para tu equipo

25/02/2022

En el ámbito sanitario, cuentan con distintas guías de “buenas prácticas clínicas”. Todo un corpus de referencias sobre cómo actuar en cada caso, con cada paciente, en cada tratamiento. No estaría de más trasladar algo de ese espíritu al mundo de la oficina y contar con unos criterios claros y compartidos por todos.

Unas buenas prácticas ambientales en la oficina que nos ayuden a trabajar mejor y lograr que nuestra jornada laboral sea lo más agradable posible.

 

La buena energía se contagia

Hay quien habla de la fuerza del “campo mórfico” para referirse a esas distintas energías que se crean en determinados ambientes. Por razones que no cabría resumir en este post, es cierto que si alguien viene ‘en modo Scrooge’, va a transmitir su espíritu cenizo y pesado al resto del equipo.

Porque, así como la sensación de pasear por el campo, libre de ‘ruido’ humano’ es distinta a la de una tarde de compras, o un día festivo no se parece, en ambientes, energías, sensaciones, a uno de labor, pasa lo mismo con las personas. Su energía, su talante y su actitud se transmite, se expande, se contagia. Y no tanto por el lenguaje, que también, como por otra serie de detalles más sutiles. En conclusión: trabaja tu buena energía y no proyectes aquello que pueda considerarse tóxico.

Como la buena energía que desprenden los edificios para empresas de Kudos. ¡Échales un ojo!

 

buenas practicas ambientales oficina

 

Generar buen ambiente en tu espacio de trabajo

Todos los detalles suman a la hora de alcanzar la armonía en nuestro puesto de trabajo. Ya seas un directivo, empleado, socio, becario o el cargo que tengas, no debes descuidar tu actitud hacia los demás. Para crear ese campo mórfico positivo que decíamos, conviene trabajar pequeños gestos que desencadenan corrientes de buen rollo.

Bastan unas ruedas colocadas en una maleta para trasladar pesos sin apenas esfuerzo. Un invento que tardó demasiado en patentarse pero que habla de la importancia, y el poder, de esas pequeñas adiciones positivas.

Una sonrisa, un “buenos días”, un detalle como acercar un vaso de agua al compañero, ofrecer un café o alguna pregunta personal cuando procedan, ayuda a generar un clima de compañerismo sano. Pero, claro, debe nacer de dentro, sin ser impostado. Es ahí donde reside el meollo de las buenas prácticas ambientales en oficinas y despachos.

 

Sé respetuoso y no colonices

Como miembro de un espacio de trabajo compartido, es fundamental tener en cuenta que uno no se encuentra en el anonimato de su casa. De hecho, una de las fortalezas de los espacios de coworking y los despachos compartidos es el de aprovechar las sinergias que se generan entre distintos profesionales. Por eso, conviene fomentar un trato cercano, amigable, pero sin invadir el espacio personal, evitando roces innecesarios.

Por ello, es importante respetar los espacios habilitados para comer, evitando ingerir alimentos en el puesto de trabajo, sobre todo aquellos que generan olor o producen ruido. Los hiperacúsicos, es decir, aquellos con un sentido del oído más sensible de lo normal, valorarán especialmente este aspecto. Porque pocas cosas pueden ser más desquiciantes que un recital de masticaciones de frutos secos mientras se busca la concentración para resolver un trabajo. ¡Tenlo en cuenta!

 

Los cinco sentidos de la convivencia

Piensa en los cinco sentidos y trata que ninguno de ellos se vea afectado en tu relación con los demás, ya trabajes en un espacio coworking, un Urban building o compartas mesa en una oficina de mayor o menor tamaño. Lo mismo con la música o con el nivel de tus conversaciones cada vez que realices una ‘call’ o cualquier reunión por videoconferencia. El buen ambiente en la oficina afecta a todas nuestras acciones y a toda nuestra jornada.

Hay espacios para la charla y la distensión. Momentos para la conversación y hasta el entusiasmo. Pero otros deben ser lo más parecido al ‘vagón silencio’ de Renfe. Sin caer, tampoco, en un rigor excesivo. ¿Prohibido prohibir? Es más sencillo que todo eso: recuerda que un centro de trabajo no deja de ser una forma de vida en sociedad. Pero una sociedad acotada y que, con un poco de buena voluntad, solo te aportará ventajas y beneficios. ¡Saldrás ganando!

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