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Comer en el trabajo: ¿placer culpable o ‘tip’ de productividad?

09/03/2023

Cuando se habla de trabajo y comida se cae en cierta ambigüedad. Porque “comer” puede ser disfrutar de un primero, segundo y postre del menú del día, en la pausa de las jornadas partidas, pero también abrir un táper de macarrones caseros delante del ordenador. Y, también, picar algo entre horas en la oficina. Eso también es comer en el trabajo. 

Y, bien, de qué va este artículo. Aquí no hablaremos de las alternativas al restaurante Paco de debajo de la oficina porque eso ya lo hicimos en el artículo de las bondades del batch cooking. Si sigues leyendo, te daremos los trucos o ‘tips’ necesarios para matar el gusanillo durante tus jornadas laborales, para saber qué comer entre horas en el trabajo pero sin temor a desarrollar lorzas. Al contrario, un buen picoteo en el momento adecuado te aportará una energía nueva clave para afrontar la carga de la trabajo con la mejor disposición. 

Cafés: ¿cuántos puedo tomar?

Cuando se habla de “qué comer en el trabajo”, nos referimos también a “beber”, y bebidas, claro está, sin contenido alcohólico. Eso, ya si eso, para el afterwork. Dicho esto, ¿cuántas tazas de café se recomiendan y qué alternativas podemos encontrar para no saturarnos de cafeína?

Hay consenso, bastante generoso por cierto, en que se pueden tomar entre dos y cuatro tazas de café al día sin que tu salud, mental y física, se vea perjudicada. Eso sí, aquí, como en todo, lo mejor es conocerse y encontrar la autodosificación adecuada, así como el horario de toma de cada café. Porque si bien ese café de media tarde te da un chute importante para culminar la jornada, también puede tener nefastas consecuencias para conciliar el sueño más tarde. 

De ahí que cada vez haya más gente que sustituya el café por cacao, ya sea bebido o en tableta de chocolate. Además de ofrecer un montón de beneficios para la salud, contiene una sustancia que se conoce como feniletiamina que actúa directamente en nuestro estado de ánimo.

que comer entre horas en el trabajo

Nos estimula de un modo parecido a la cafeína y añade un toque de optimismo parecido a lo de los triptófanos; de ahí que una sabia combinación entre café y cacao pueda ser clave para aumentar tu productividad sin los efectos secundarios de la cafeína

También puedes hacer parecido con los tés, tomando los que llevan teína (sinónimo de cafeína), para relegar al final de día infusiones sin teína, ya sea un menta-poleo, una manzanilla, o bebidas tipo roibos o tés ayurvédicos.

Si los tomas con azúcar, te aportarán un estímulo al cerebro y te ayudarán a terminar el día con ese empujón que te falta. Y si lo acompañas con unas galletas que no engordan, tipo de avena o de espelta, mejor que mejor. 

¿Y bebidas energéticas en el trabajo? En determinados esprines de trabajo pueden venir bien como un aporte extra, de sabor agradable y poder tonificador. Pero su alto contenido en calorías y su riesgo adictivo (sobre todo por cuestiones psicológicas) no hace muy recomendable su consumo. 

Vuelven el “almuerzo” y la merienda

A falta de un término adoptado por todos para definir esa comida que se produce entre el desayuno y la comida (también llamada almuerzo), podemos hacer como en el norte de España, donde se llama almuerzo a ese tentempié de entre mañana. Y que la RAE tome note. Porque brunch es otra cosa.

Porque, sobre todo en jornadas intensivas, como las que se producen en verano en muchos centros de trabajo, echarse a la boca hacia las once de la mañana no solo es bueno para tu bienestar, sino que redunda en mayor productividad. Nuestras neuronas se desgastan, el sueño acumulado a veces pesa, el cansancio se nota, así que contar con nutrientes para realizar nuestro trabajo resulta esencial. 

De ahí que en muchos lugares de trabajo se haya institucionalizado la pausa, a media mañana, para reponer energías. Pero cuánto y qué debo comer. Aquí una buena opción es apostar por lo salado o la fruta, pero sin pasarnos en calorías.

Tirar de lo que se conoce como “crudités”, es decir, palitos de zanahoria o de pepino que podemos mojar en humus, una tostada de salmón ahumado, un poco de aguacate con limón sobre una tostada de pan negro… No se trata de “llenarse” sino de calmar un poco el estómago y quizá tomarnos el segundo café del día. 

La fruta es una buena opción para este momento del día, sobre todo manzanas por su poder saciante, o kiwis por su poder vitamínico y laxante, ya que ese momento también es apto para hacer una visita a los servicios más cercanos. 

En cualquier caso, conviene reivindicar el almuerzo. Por los beneficios antes referidos, pero también porque ofrece un extra de motivación al dividir la (larga) mañana en dos y permitir un descanso, un cambio de códigos, un soplo de aire fresco. 

Como sucede también con la merienda, que en este caso sugerimos que sea dulce, con propuestas como estas: 

  • Tartas light y saludables. También existen. Puedes prepararte una, para ti y para compartir, y comerla durante la semana. Como las tartas de yogur esponjosas sin gluten, las tartas de queso con queso fresco y light o un pastel de manzana. 
  • Frutos secos. Los fundamentales del picar sano. Aportan nutrientes, vitaminas, son buenos para el organismo, para el cerebro, y nos renuevan la energía sin apenas coste calórico. Mención especial a las pasas. 

descanso para comer en el trabajo

  • Fruta deshidratada. También conocida como fruta seca, es también un aliado contra el gusanillo de la media tarde que tiene un sabor adictivo (en el buen sentido), sacia y además es sano, porque conserva todas las cosas buenas de la fruta (hasta el 80% de vitaminas y antioxidantes de la fruta antes de secarse, en muchos casos). 
  • Galletas saludables. Su oferta crece año a año. Galletas de trigo sarraceno, galletas integrales sin azúcar, galletas de avena y jengibre, galletas de almendra y cardamomo. No es lo mismo que una rosquilla con azúcar glass y dulce de leche, pero también están ricas. 

Conclusión: comer entre horas no es un placer culpable, así que endulza tus jornadas laborales con alimentos que te den energía, permitan un momento de pausa que mejora la convivencia y, de paso, te hagan sentir mejor. 

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