Cómo concentrarse en el trabajo: los trucos definitivos

Corren tiempos difíciles para lograr la atención plena, también conocida como mindfulness. Pero no debemos olvidar uno de los lemas de la psicología moderna y de la motivación, que se resume en tres palabras: foco, fuerza y corazón. Con esos tres motores podemos llegar muy lejos pero, por desgracia, cada vez contamos con más obstáculos para lograr el foco, lo que afecta sin duda a los otros dos elementos de la terna, la productividad (fuerza) y la creatividad (corazón).

El primer paso para saber cómo concentrarse más en el trabajo es asumir que es un reto que se conquista. Porque hay que aprender cómo concentrarse mejor en el trabajo, ya que hay que vencer muchas tendencias naturales y ejercitar ciertas disciplinas que conlleva cierto trabajo y entrenamiento.

La importancia del descanso en el trabajo

Por ejemplo, aunque parezca contradictorio, saber descansar es clave para concentrarse más. Ya que el cansancio es el primer aliado de la procrastinación. Está comprobado. Las pocas horas de sueño y las horas de trabajo acumuladas hacen que sea más fácil vencer a las tentaciones de la postergación, del despiste, de los picoteos en las distintas redes sociales, dando alas a ese pequeño gran monstruo de la procrastinación.

Quien ha dormido sus buenas ocho horas, incluso ha pasado por el gimnasio o ha realizado algo de actividad física y se encuentra en forma, se encuentra en una disposición mucho más firme para rechazar esas tentaciones de internet que están a golpe de clic. Tal crónica deportiva del partido de ayer, tal polémica en Twitter, tales comentarios sobre la serie que te tiene enganchado…

La carne digital es débil… sobre todo si se ha descansado poco. Por eso, buena parte del secreto de cómo estar concentrado en el trabajo pasa por algo tan sencillo como descansar correctamente. Ni mucho ni poco. Porque un exceso de descanso genera también modorra y lentitud de movimientos. Encuentra tu propio equilibrio y notarás los resultados.

Apuesta por una sola actividad cada vez

El refrán de “vísteme despacio que tengo prisa” también sirve para el mundo del trabajo. Más vale centrarse en una cosa cada vez y hacerla bien que desparramar nuestra productividad en varias tareas, lo que se conoce como multitask, y enfrentarse después a resultados irregulares y la frustración consiguiente. Así como el tiempo perdido, ya que el trabajo hecho de manera discutible suele exigir otras de más.

Así que dedícate un tiempo para respirar, para entrar en la tarea que tienes asignada y aíslate de todo lo demás. Otro error que nos lleva a la desconcentración es querer hacer todo y hacerlo todo ya.

Asumir nuestras limitaciones, es decir, reconocer que no somos superhombres ni supermujeres es el primer paso para mejorar nuestra concentración y efectividad. Una vez se ha elegido una tarea y se vuelca en ella toda nuestra productividad, tampoco hace falta acometerla de una vez por todas. Aquí entraría la teoría del slicing o del troceo. No hace falta comerse la pizza de un bocado, valga el símil. Vayamos por partes, slices, partido a partido, que diría el Cholo, y así se nos hará menos cuesta arriba, procrastinaremos menos y obtendremos mejores resultados. Y reduciremos nuestro estrés laboral.

Hazte aliado del tiempo

A menudo nos obsesionamos con querer sacar lo antes posible los diversos trabajos pendientes y apostamos por un pico pala extremo, por encima de nuestras posibilidades, que se traduce en frustración y por tanto en procrastinación. En despistes, distracciones y de nuevo los enemigos de la productividad.

En cambio, si trabajamos “por tiempo”, es decir, realizando nuestra labor sin la autoexigencia de querer terminar cuanto antes, sino simplemente vamos trabajando a una velocidad de crucero constante lejos de la imagen del hámster excitado dando vueltas en su ruedecita, llegaremos más lejos.

¡Ah! Y trabajar en un entorno óptimo también ayuda a rendir más y mejor. ¿Aún no conoces los edificios de Kudos? Te esperamos con las puertas abiertas.