
Vivimos tiempos sin normas en los que supuestamente vale todo hasta que uno se da cuenta de que alguna norma sí se mantiene y que siempre vale todo. Es parte del mundo en que vivimos, en apariencia más sencillo, pero quizá más complejo en cuanto que las normas no están escritas y dependen de invisibles libros de protocolo.
Porque antes, y con “antes” podemos referirnos a los años sesenta de películas como El apartamento, el dress code, al menos el del hombre, era bien fácil de elegir: traje y corbata. Una especie de uniforme que ponía las cosas bien sencillas a la hora de elegir atuendo para ir a la oficina: una preocupación menos.
Pero la irrupción del vaquero y cierta liberalización en los protocolos cambiaría el modo de ir vestido a la oficina. Hasta el punto que muchos se han llegado a plantear llevar esa flexibilización del atuendo al límite. Así, muchos se preguntan: ¿podemos ir en chanclas a la oficina? O es un extremo al que sólo acceden aquellos niños mimados de cada empresa, es decir, el equivalente al Steve Jobs que podía permitirse los ‘looks’ más atrevidos e informales.
Moraleja: cada caso es un mundo. Y Silicon Valley es Silicon Valley.
Distintos outfit de oficina para hombre
No obstante, es bueno conocer las distintas posibilidades respecto al vestir en el trabajo. Ya busques un look de oficina juvenil u optes por un aspecto más formal, ser consciente de la elección en cada momento es un punto a favor. No olvides que el lenguaje no verbal transmite mucho más que las palabras, y que la forma de vestir, tu modo de acudir al trabajo, forma parte de ti, de tu actitud, de tu personalidad.

Una idea interesante de la que partir es la de asumir que hay vida más allá del pantalón vaquero y la camisa blanca. Especialmente de ese pantalón vaquero azul claro que lleva cosa de tres décadas pasado de moda. Siempre es un acierto recurrir a distintos pantalones, siempre que no sean de pinzas, ya que se limitan al traje y americana.
Está el mundo de los pantalones chinos, los pantalones de lino para el verano, incluso los pantalones de pana, que se sitúan por encima de modas y tendencias. Dale algo de variedad a tus looks de oficina.
También es buena idea perderle el miedo a la americana o blazer, ya que se puede llevar de modo casual sin temor a que sea asociado a la gravedad de un traje. Es más, la chaqueta americana con camiseta por debajo, a pesar de los detractores de esta fórmula, es una solución de éxito.
Como también las zapatillas tipo urbanas con los pantalones chinos e incluso la americana. No se recomiendan tanto las Converse All-Star a no ser que, por parte de los más viejos del lugar, te comparen con aquel Emilio Aragón que presentaba Vip Noche junto a Belén Rueda.
Para los más atrevidos, la opción del pareo a lo Julian Schnabel no deja de ser una opción tan arriesgada como triunfante si se ejecuta en el momento adecuado y con la convicción necesaria.
Look de oficina mujer
El outfit femenino para los ambientes laborales presenta más variedad que el del hombre. Cubre las posibilidades del género masculino, con esos conjuntos de tipo ejecutivo, con su pantalón y chaqueta, pero también un universo más amplio que incluye vestidos, faldas y un largo etcétera.

Aquí cada año varían las propuestas, que se pueden seguir para tomar ideas y, sobre todo, para romper con la rutina. Porque vestir siempre del mismo modo es algo cercano al aburrimiento, que a su vez es pariente de la desidia. Optar por looks novedosos también es una forma de reivindicarse, de mostrar una actitud proactiva, creativa, abierta a la innovación.
Decía Leonard Cohen, hijo de sastre y siempre elegante, que la ropa era más importante de lo que pensábamos. Que ponerse tal o cual prenda marcaba tu estado de ánimo, tu actitud respecto al día, respecto a los demás. No es cuestión menor. De ahí que atreverse, por ejemplo, con unos mocasines con una falda de cuadros no demasiado mini puede ser una opción acertada.
O por un peto. Cómodos y originales, llaman la atención sin resultar excesivamente protagónicos. Además, muchos de los petos ofrecen distintos bolsillos, lo cual siempre es de agradecer.
Porque una cuestión que genera no pocos debates es: ¿qué grado de atrevimiento se permite en el trabajo? ¿Escote sí o escote no en el trabajo? Ahí surge el estilo ‘preppy’, que viene de ‘cursos preparatorios’ y de la moda que las estudiantes norteamericanas lucen en ese contexto.
Es decir, un armario clásico, con prendas básicas y tonos pastel, pero con un toque atrevido, como guiño de rebeldía a ese ‘outfit’ impuesto por los padres para vestir “como Dios manda”.
En cualquier caso, lo importante es encontrar el estilo que mejor nos defina, en el que nos sintamos cómodos y que no suponga una esclavitud ni una carga que añada más estrés laboral. ¡Seamos dueños de nuestro armario y no al revés!
En Kudos, así lo entendemos al menos. ¿Aún no has venido a visitarnos? Te esperamos.