
La inteligencia, ya sea artificial, colectiva o emocional, no sirve de nada sin su aplicación. De ahí que cada vez sean más las voces que describen el futuro de las oficinas del siglo XXI y su relación con la Inteligencia Artificial, al margen de la domótica o el Internet de las Cosas. Se intuye una revolución a la vuelta de la esquina y en Kudos WorkPlace, como con todo lo que relacionado con la tecnología y la innovación, queremos sumarnos al cambio.
Porque en un entorno de oficinas híbridas, que bien tienen vocación de co-working, o de oficina corporativa, que se articulan como oficinas abiertas y flexibles, la Inteligencia Artificial también puede aportar mucho.
¿Cómo implementar la Inteligencia Artificial en mi espacio de trabajo?
Los cambios que está trayendo la tecnología a nuestra manera de trabajar, incluyendo la IA pero también todo lo relacionado con la comunicación en remoto, reuniones virtuales, chats, chats, redes sociales, etc., son cada vez más notables. Afectan a nuestra manera de relacionarnos con los demás, pero también al espacio físico en que realizamos dicho trabajo.
Unos cambios en los hábitos de trabajo que han puesto en crisis el modelo tradicional de oficina, que debe abrirse a los nuevos vientos. Cada empresa cuenta con unas necesidades de comunicación distintas y depende de cada caso analizar cómo renovar su estructura, pero cabe plantearse ya esa nueva configuración.
Espacios más preparados para las reuniones virtuales, con puestos individuales más aislados o, al contrario, salas de reuniones preparadas para unas videoconferencias con una calidad, versatilidad y eficiencia técnica jamás experimentada. Las empresas que se adapten a estas exigencias no solo ganarán en rendimiento y eficiencia, sino que transmiten una imagen de empresa subida no ya al carro de las nuevas tecnologías, sino a su trasbordador espacial.
No obstante, hasta aquí podríamos vivir sin la Inteligencia Artificial en nuestras oficinas. A no ser que propiciemos un cambio de modelo en el que entra la IA en escena, con aplicaciones como la integración del reconocimiento facial, del lenguaje oral, así como la detección de ruidos y sonidos.
Un escenario en el que se sume también la machine learning, así como las aplicaciones de la inteligencia artificial para las conversaciones, todo ello, claro, incorporando la tecnología que sea necesaria, como nuevos microchips y diversas modificaciones en el hardware.