La temperatura en la oficina es clave para la productividad

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temperatura oficina

Se habla mucho de salir de la zona de confort. Pues bien, tu espacio de trabajo sí debe ser cómodo, agradable y, desde luego, un lugar protegido de las inclemencias del tiempo. Y que no genere nuevas incomodidades. Si fuera hace un calor asfixiante, dentro de nuestra oficina no debería hacer un frío comparable al de la tundra siberiana en febrero.

Es fundamental encontrar la temperatura ideal para trabajar, y que el hecho de acudir a tu espacio de trabajo sea un elemento a favor y no un engorro. En Kudos, desde luego, ponemos todo por nuestra parte para que tu jornada laboral sea lo más llevadera posible, con todos los elementos a tu disposición para conseguirlo. ¿Aún no conoces nuestros edificios de oficinas? Estamos en Madrid, Barcelona y Milán.

 

¿Cómo regular la temperatura del aire acondicionado en verano en la oficina?

Para algunos parece la cuadratura del círculo. Porque todo aquel que ha trabajado en una oficina compartida en España habrá padecido los excesos del aire acondicionado, con sus consecuencias no solo para el rendimiento, sino para la salud. En Kudos no queremos perpetuar esa dudosa tradición.

Porque son varios los peligros del aire acondicionado si este no se usa con moderación. El aire frío, en contraste además con el calor de la primavera y el verano, puede generar una irritación en las vías aéreas superiores que se traduzca en posteriores faringitis. No a todo el mundo le afecta igual, pero es cierto que hay temperaturas en las que la mayoría de la gente parece encontrarse a gusto.

Conviene desterrar la idea del aire acondicionado como la de un generador de frío extremo, por oposición a las altas temperaturas del exterior. No se trata de crear un falso invierno para combatir el verano, sino más bien instalarse en una permanente primavera, como dicen de las islas Canarias. Es decir, regular el aire acondicionado a unos 22-24 grados, una temperatura óptima para trabajar en condiciones sin ceder a los lamparones de sudor ni a los catarros veraniegos producto de un frío artificial desatado.

 

Más riesgos del aire acondicionado

Una exposición continuada a un aire acondicionado más alto de lo normal genera, a la larga, perjuicios en el organismo y cambios en nuestro estado físico y por tanto mental. El aire frío que emiten los ‘splits’ pueden provocar cambios en el metabolismo, así como escalofríos, con un aumento de la producción de calor en el organismo para compensar, lo que puede generar somnolencia, así como irritabilidad y malestar general.

Es el conocido como disconfort térmico, algo que debemos evitar a toda costa, más aún sabiendo que los espacios sobrecargados de aire acondicionado generan una deshidratación nada aconsejable para los periodos más secos del año. La sensación de no-calor hace que no se sienta tanto la necesidad de beber agua, incurriendo en una deshidratación nada recomendable.

 

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Dolencias y baja productividad

Esto puede contribuir a la aparición de dolores de cabeza, migrañas y problemas respiratorios en general, como rinitis y afecciones en ojos y garganta. Sobre todo si no se ventila con regularidad los espacios, ya que el aire acondicionado aporta frescor, pero no contribuye a renovar el aire.

Como consecuencia, se pueden producir las llamadas ‘enfermedades del verano’, con las consiguientes bajas puntuales en los equipos de trabajo y pérdida de productividad.

Tampoco ayuda, ese frío hostil, a la convivencia ni al buen ambiente de trabajo. Por todo ello, recuerda la importancia de mantener un aire acondicionado moderado y de tener en cuenta las distintas sensibilidades a su exposición. ¡Y que viva el buen tiempo!