La importancia de la ubicación de las oficinas

Una oficina habla tanto de nosotros y nuestra empresa como de nuestro trabajo. Es más, a menudo puede ayudar a que nuestro trabajo, nuestros proyectos, alcancen mayor proyección gracias a ese emplazamiento.

Porque en la época del teletrabajo, las videoconferencias y las redes sociales, el lugar físico no sólo no ha desaparecido sino que ha renovado su valor. Si antes se daba por supuesto que cada empresa contaba con su local, ahora ya no es fundamental invertir en una oficina para poder sacar adelante un negocio. Por lo tanto, la oficina presencial es un valor distintivo.

No son pocas las start-ups que trabajan sin ese apoyo, y que emplean algún espacio de co-working para encuentros puntuales con proveedores o clientes. Pero siempre serán la “oficina de otros”, y el ambiente impersonal primará. De ahí que contar con oficina propia, ya sea comprada o en régimen de alquiler, aporte un valor añadido que puede resultar clave para el progreso de la empresa.

Más ventajas de contar con una ubicación

Antes de describir los beneficios, ¿qué significa una buena ubicación? Tradicionalmente, las oficinas con prestigio se situaban en el centro de las ciudades. Pero esto ha cambiado. Es más, puede resultar algo anacrónico contar con los ‘headquarters’ en un enclave como la Gran Vía de Madrid. Pleno centro, sí, pero con edificios también un tanto decadentes que hacen pensar en los negocios de los años cincuenta más que en empresas modernas.

Además, los lugares céntricos son cada vez más aptos para el paseo y los peatones, pero no tanto para acceder en coche particular, lo cual se ve como una desventaja no menor. De ahí que muchos centros de trabajo ubicados fuera de lugares tan abigarrados y restrictivos al tráfico sean cada vez más apreciados. Facilidades de acceso, espacios amplios, zonas verdes, posibilidad de respirar, luz natural a raudales…

Dicho esto, sinteticemos de una vez las ventajas de una buena ubicación para tu oficina:

Dan buena imagen de marca.

Constituyen, por tanto, toda una tarjeta de visita que hablará bien de tu empresa, de tu actividad, de tu proyección… Forma parte de ese ‘lenguaje no verbal’ que a menudo comunica más que las propias palabras.

Invita a la cooperación.

Un lugar atractivo, moderno, con sabor a innovación, es seductor y puede fomentar colaboraciones y quien sabe si a la postre también inversiones.

Aumenta la motivación de los empleados.

Acudir a un lugar de trabajo que se encuentre accesible y que ofrezca facilidades a los trabajadores redunda en el bienestar de los trabajadores.

Es clave para la flexibilidad.

Una buena ubicación pone más fácil la organización del trabajo según criterios personales, algo que cada vez demandan con más fuerza los trabajadores.

Cuidar lo presencial

En el proceso de encontrar la oficina perfecta, no hay que dejar atrás la idea de la importancia de la presencialidad. Y de la capacidad de combinarla con el teletrabajo, en esa búsqueda del equilibrio entre independencia y comunidad que puede ser la clave del éxito.

¿Y si se pudiera tener todo? Porque muchos autónomos que trabajan en sus casas se quejan de no tener compañeros, de echar de menos el afterwork, de lo pesado que pueden ser ciertas jornadas sin compartir charla con otras personas… Y muchas personas que trabajan en oficinas presenciales se quejan en cambio de tener que cumplir horarios, de tener que lidiar con algunos compañeros o superiores que no son de su agrado…

Todo ello puede optimizarse combinando con acierto las ventajas de la presencialidad con las del teletrabajo. Además, si contamos con una buena ubicación, el acudir físicamente a la oficina será considerado un atractivo, un extra, y puede ayudar a crear cohesión.

Más aún, si hablamos de un emplazamiento tan adecuado como los que elige Kudos WorkPlace para sus oficinas y centros de trabajo. ¿Aún no has venido a vernos?